Los Gigantes son la raza más temida del continente, puesto que se cree que si todos se unieran no habría forma de vencerlos. Por fortuna, su inteligencia es inversamente proporcional a su gran tamaño. Pero Magú es diferente debido a su inusual entendimiento, que es casi como el de un Humano adolescente. Mientras que los Gigantes comunes dedican su tiempo a dar largos paseos, aplastar, comer y dormir, Magú lo destina a luchar junto a las fuerzas de Caos, el imperio que controla gran parte del continente de Galen. Quiere que sus grandes hazañas sean recordadas, que su nombre no se olvide aun después de su muerte y que en todos los templos, reinos y territorios, se erija una estatua en su nombre. Cada noche, Magú imagina con alegría a la gente que habla de él como el gigante que apoyó y llevó a la victoria a Galen.