Harron era un Humano normal y corriente hasta que contrajo una extraña enfermedad que carcomía su piel, le causaba dolencias de todo tipo y en general, degradaba su cuerpo. Por miedo a morir, tomó la decisión de viajar por todos los rincones de Arvin en busca de quien pudiera ayudarle. Pero allá donde fuera el resultado era siempre el mismo: temor y asco. Desesperado y moribundo, empleó sus últimas fuerzas en ir al continente de Galen. Al pisar la costa fue consciente de que no podría continuar. Con su último aliento gritó: “¡Quisiera tener una nueva vida y un enorme poder para destruir a todos los que me han rechazado!”. Su ruego fue escuchado por el dios Coraz, creador de los seres de la muerte y quien decidió revivirlo. Harron despertó de repente y notó que su corazón no latía. Pronto descubrió además que podía alzar a los muertos y controlar su voluntad a su antojo. Se dijo a sí mismo “ya no soy humano: soy el Muerto que provocará el Caos”.